Por Joaquín Branne
Se abrazan exhaustas las jugadoras argentinas en festejo de un triunfo sumamente importante. La contracara la encabeza el técnico coreano, que con fastidio arroja una botella adentro de la cancha.
Estas situaciones nos permiten entender el desarrollo de uno de los partidos más trascendentales de esta primera ronda de la Copa del Mundo de Hockey que se disputa en la ciudad de Rosario.
Con mucho sacrificio y concentración, el elenco oriental se propuso disputar el partido. Entendiendo la superioridad Argentina, priorizó el anulamiento de Luciana Aymar y las salidas de contragolpe.
Esa estrategia planteada por su técnico complicó mas de la cuenta a las dirigidas por Carlos Retegui, que sin contar con la participación de la mejor jugadora del mundo en el armado de juego, padecieron de claridad y sorpresa y el partido se tornó trabado, disputado en la mitad de la cancha.
Saliéndose del guión impuesto por las coreanas, Soledad García intentó inquietar a la portería adversaria, aunque sus intentos terminaron en eso durante los primeros treinta y cinco minutos.
Que Argentina tuvo la posibilidad de convertir en alguno de sus cuatro córner corto es cierto, como también lo es decir que el empate fue un resultado que le cayó bien al trámite del primer tiempo.
En la última jugada de esa primera mitad, el seleccionado argentino pudo haber obtenido la ventaja de no ser por el insólito fallo del árbitro del encuentro. Al ingresar al área rival, Luciana Aymar sufrió un claro topetazo por lo que Miao Lin debió haber cobrado penal para las locales. Pero esto no ocurrió y la Argentina se fue al descanso con más dudas que certezas respecto al juego que venían haciendo.
En el segundo tiempo el desarrollo del partido no varió en demasía para el elenco argentino, aunque con Luciana Aymar un poco más suelta, priorizó el ataque constante con mucha gente en ofensiva.
La rosarina, al igual que en el encuentro ante Sudáfrica, fue de menor a mayor respecto del nivel mostrado.
Un poco más suelta, encadenó una serie de arremetidas que pusieron contra las cuerdas a un prolijo pero extremadamente defensivo equipo coreano. Y así llegaría la única anotación del encuentro. A los 10 minutos, "Lucha" dejó bien en claro porqué es considerada la mejor jugadora del mundo. En una carrera espectacular, apiló a varias defensoras rivales y cedió la pelota atrás para que Carla Rebbechi defina, en dos oportunidades, y ponga arriba a la Argentina.
Sin la euforia del primer partido, las 7000 personas presentes gritaron por un equipo, que si bien no jugó de la mejor manera, se mostró sacrificado a la hora de correr y meter.
Ya más suelta y con Corea en busca del empate, pudo liquidar el partido de no ser por la brillante actuación de la arquera Youngh Hui Moon. Su figura fue un duro escollo de batir para las delanteras argentinas.
Se salvaban las locales luego de una gran respuesta de Belen Succi en un córner corto y otra vez volvían a hacerlo luego de un errático remate por parte de una de las atacantes coreanas.
Todo fue sufrimiento en el Estadio Mundialista. Se tomaban la cabeza los hinchas argentinos, quiénes aguardaban ansiosos por el final del partido. Las Leonas la pasaron mal y su público lo hizo notar cuando falta de unos pocos minutos optó por el silencio.
A tanto sacrifio le llegó la recompensa cuando el árbitro del encuentro pitó el final. Victoría importantísima de la Argentina, que con dos triunfos comparte la primera posición con Inglaterra.
Abunda felicidad en el equipo nacional, como también hermetismo. Las jugadoras saben que deben hacerlo mucho mejor si realmente desean conseguir la Copa del Mundo ante toda su gente.
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