miércoles, 25 de agosto de 2010

Soledad García: Humildad, experiencia y talento


Por Joaquín Branne
“Yo era la pesada del palo y la bocha, la de las ventanas rotas. Me metía en la cancha, hasta que el entrenador me echaba a los gritos”. 
Algo cambió en la vida deportiva de Soledad García desde su infancia hasta el día de hoy. Aquella pequeña que merodeaba las canchas del club Universitario de Córdoba se convertiría varios años después en una de las mejores jugadoras argentinas de hockey.
Perfil bajo, la cordobesa prioriza la familia y los amigos. La fama no le es esquiva pero ella prefiere disimularla: “No soy famosa, la gente me conoce porque soy la única Leona cordobesa”.
Su vida deportiva comenzó a los seis años de edad en el Club Universitario de Córdoba. Allí, vivió sus años más felices junto a  varios compañeros de la infancia con quienes sigue encontrándose.
Su amor incondicional por el hockey y su talento desmedido le permitió, diez años más tarde, integrar el seleccionado argentino junior, en lo que sería el inicio de su exitosa carrera.
Obteniendo la medalla de oro en los juegos panamericanos y la medalla de bronce en la Copa del Mundo de ese mismo año, la cordobesa comenzó a dar los primeros pasos de su vida deportiva profesional.
Nada hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de su madre Paula, a quién admira e idolatra profundamente. Ella es la encargada de prepararle la milanesa a la napolitana con papas fritas, su comida preferida.
En otro contexto completamente distinto, Soledad García aprecia a Diego Armando Maradona y al cuarteto. Como buena cordobesa, pasa horas escuchando a “la Mona Giménez”, a Rodrigo y cuando puede su música predilecta retumba en los vestuarios.
Es divertida, extrovertida y amiguera. Disfruta jugar al hockey y vive la vida con plenitud: “Después de ver todo el esfuerzo que vengo haciendo desde hace tiempo pienso que, cuando sea mas grande, no voy a mover un músculo más”.
Tanta entrega no fue en vano para Soledad García. En 1999 integró la selección mayor y desde ese momento nunca dejó de formar parte de Las Leonas. Es una de las grandes referentes del plantel que en pocos días estará disputando el Campeonato Mundial en la ciudad de Rosario. Junto con su amiga Luciana Aymar, serán las encargadas de conducir un grupo repleto de jóvenes talentos.
Con 29 años vive sus últimas temporadas de una manera especial, con una mirada distinta a la que supo tener en sus comienzos.
Para cuando el momento llegue, Soledad estará feliz por haber alcanzado tantos logros deportivos y poder recordarlos cada día de su vida. Entre ellos figura la elección de la Federación Internacional de Hockey como la mejor jugadora joven del mundo en el 2002 y 2004.

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