martes, 7 de septiembre de 2010

El clásico sudamericano terminó en manos de Argentina

Por Joaquín Branne
 En un partido apasionante, la selección Argentina derrotó a Brasil por 93-89 y se clasificó a los cuartos de final del Campeonato Mundial de básquet que se disputa en Turquía.
 La chicharra indica el final del juego y la euforia se desata en el estadio. Los 400 hinchas argentinos festejan por la victoria y por el buen rendimiento del equipo.
 Cantan con los jugadores y se abrazan entre ellos mientras los brasileños se toman el rostro, buscando una explicación al desenlace del encuentro.


 No fue un partido más. Para Argentina estaba en juego la posibilidad de revindicarse luego del flojo desempeño ante Serbia y de esta manera dejar atrás las dudas que se habían generado entorno a su rendimiento.
 Y así salió a jugarlo. Con dientes apretados y el sacrificio de siempre, los jugadores argentinos fueron a buscar a Brasil desde el primer minuto, como si este significase el último partido de sus vidas. Y esa arremetida complicó en demasía los planes del rival.
 Sin conseguir grandes espacios, Brasil se resignó al lanzamiento de tres puntos y fue por esa vía que consiguió la mayoría de sus anotaciones. Con Barbosa y Huertas como ejes de juego y las importantes apariciones de Tiago Splitter, el seleccionado dirigido por Rubén Magnano consiguió inquietar a una solidaria selección argentina.
 El base del Lagun Aro Bilbao fue clave en el marcador. Sus 32 puntos le posibilitaron a Brasil llegar al último cuarto con serias posibilidades de conseguir el triunfo. Pero nada de eso ocurrió. El seleccionado nacional, con la estelar figura de Luis Scola, logró llevarse el triunfo y la clasificación a la próxima instancia. El buen desempeño colectivo posibilitó mantener el sueño de coronarse, al igual que en 1950, como campeones del mundo. Porque a eso aspira esta selección, que más allá de las ausencias se mantiene firme y con las fuerzas suficientes para pelearle a cualquiera. Porque además de los titulares, rinden los suplentes. Porque el plantel está bien y eso es lo que más le importa a Sergio Hernández. Hoy la apuesta le salió bien. Probó con Jasen y el alero de Estudiantes le respondió de la mejor manera, siendo pieza fundamental en el ajustado triunfo. En 32 minutos que estuvo en cancha, anotó 15 puntos, tomó 5 rebotes y robó un balón. Pero además encestó dos triples consecutivos a falta de cinco minutos del final, que sirvieron para remontar el tanteador.
 Si rinden los titulares y responden los suplentes, Argentina será un rival duro de vencer para cualquier selección que se le cruce en el camino. Y para colmo cuenta con Luis Scola, que cada día juega mejor. Sus 37 puntos le posibilitaron obtener el récord argentino de anotaciones en un partido de Campeonato Mundial, superando al histórico Alberto Desimone.

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